PROTOCOLOS Y DIRECTRICES EN ENDOSCOPIA

ULTRASONOGRAFÍA ENDOSCÓPICA EN LA PATOLOGíA GÁSTRICA

José Carlos Súbtil Íñigo
Unidad de Endoscopia Digestiva, Clínica Universitaria de Navarra,Pamplona

 

CONSIDERACIONES TÉCNICAS

La ultrasonografía endoscópica es un método diagnóstico y en algunos casos con posibilidades terapéuticas, surgido de la combinación en un mismo endoscopio flexible (ecoendoscopio) de un sistema de visión endoscópica (por fibra óptica o por vídeo, que recoge un campo oblicuo al eje longitudinal del tubo) y un transductor ecográfico situado en el extremo distal del ecoendoscopio.

Ecoendoscopios

Básicamente existen dos tipos de ecoendoscopios. Los radiales –más utilizados– van equipados con un transductor rotatorio en el interior de una cápsula que emite un haz de ultrasonidos perpendicular al eje longitudinal del ecoendoscopio y que gira movido por un sistema mecánico. Este tipo de aparatos obtiene una imagen que corresponde con un plano de visión ecográfica de 360º axial al eje longitudinal del endoscopio.

Por otro lado están los ecoendoscopios sectoriales cuyo transductor ecográfico es un transductor convexo, dispuesto según el eje longitudinal del ecoendoscopio, que permite obtener imágenes sectoriales de 100 a 250º (según modelos) en un plano que sigue la dirección del eje del tubo. De esta manera, el material diagnóstico o terapéutico que se introduce por el canal de trabajo aparece siempre dentro del plano de visión ecográfica. Algunos de estos aparatos permiten la realización de estudio doppler.

Para obtener una imagen ecográfica de calidad se necesita la perfecta adaptación del transductor ecográfico a la superficie mucosa del tubo digestivo evitando la interposición de aire entre el haz ultrasónico y el tejido a explorar. Para ello es importante conseguir la formación de una almohadilla, con un medio fluido buen transmisor del haz ultrasónico, entre la fuente de ultrasonidos y la zona a explorar. Este medio suele ser el agua que puede introducirse en el tubo digestivo, llenando parcial o totalmente la luz del mismo, a través del canal del ecoendoscopio (técnica de inmersión). También se puede llenar con agua destilada, accionando una válvula situada en el cabezal del aparato, un balón de látex diseñado a tal efecto que recubre el transductor ecográfico y que se adapta de forma elástica a la superficie mucosa facilitando el paso de los ultrasonidos.

A diferencia de la ecografía clásica los ecoendoscopios utilizan transductores de mayor frecuencia, generalmente de 7,5; 12 y 20 MHz. Las frecuencias bajas por su mayor penetración permiten visualizar estructuras alejadas hasta unos 8 cm del transductor, sin embargo, ofrecen una menor discriminación de los tejidos. Las frecuencias altas penetran pocos centímetros, pero ofrecen un alto poder de definición, llegando a discriminar estructuras próximas al milímetro de tamaño. Las frecuencias bajas se utilizan más para el estudio de lesiones grandes o periféricas al tubo digestivo y su relación con órganos vecinos, mientras que las frecuencias altas se utilizan para el estudio de la propia pared del tubo digestivo.

Existen otros aparatos que también pueden encontrar aplicación a nivel gástrico. Estos son las ecosondas o “endoprobes” que consisten en sondas ecográficas de pequeño calibre (2,4 mm), rotatorias y que se introducen a través del canal de trabajo de un endoscopio. Trabajan con frecuencias de 12, 20 ó 30 MHz y pueden utilizarse en el estudio de pequeñas lesiones de la pared gástrica o en lesiones estenosantes.

PROCEDIMIENTO

El paciente

Antes de realizar la exploración es recomendable que el paciente (o en su defecto su responsable legal) este suficientemente informado de la finalidad de la prueba, del procedimiento de realización y de los riesgos que entraña y firmar un consentimiento informado donde conste el haber recibido esta información y el haber asumido los riesgos potenciales de la prueba.

El paciente debe estar en ayunas por lo menos 6 horas antes de la exploración o el tiempo necesario para que el tubo digestivo superior se encuentre vacío de restos alimenticios. Si existiera retención gástrica habría que tomar las medidas necesarias durante el tiempo necesario (dieta absoluta o líquida estricta, sonda nasogástrica bajo aspiración...) para asegurar que el estomago se encuentre suficientemente vacío de contenido antes de la exploración.

Las contraindicaciones absolutas y relativas son las mismas que para una gastroscopia convencional. En caso de alergia al látex, la exploración puede realizarse sin el balón de látex que cubre el transductor, sustituyendo el agua que tendría que inyectarse en el balón por agua introducida en la luz gástrica (técnica de inmersión), sabiendo que esto puede limitar la eficacia de la exploración en algunos casos y que según la cantidad introducida y la postura en la que se encuentre el paciente entraña riesgo de broncoaspiración.

La postura habitual del paciente para la exploración será en decúbito lateral izquierdo, aunque puede colocarse en otras posturas si el especialista que realiza la prueba lo considerara oportuno, siempre teniendo especial cuidado en el riesgo de broncoaspiración que puede existir si el estómago presenta contenido o se introduce agua.

Medicación

Dado que los ecoendoscopios en general son instrumentos de relativo grueso calibre y tienen el extremo distal rígido, y que las exploraciones son habitualmente largas, éstas no suelen ser bien toleradas si se hacen con el paciente completamente consciente. Por ello y porque facilita enormemente la exploración el que el paciente permanezca lo más quieto posible resulta interesante usar en la mayoría de los casos, según la tolerancia, algún método de sedación durante la exploración.

Se tolera mejor la prueba y resulta de más fácil realización si se hace bajo sedación profunda con pérdida de consciencia. La experiencia acumulada recomienda este método como el más indicado para mejorar la tolerancia y aumentar el rendimiento de la ecoendoscopia de tramos digestivos altos.

En algunos casos, cuando las contracciones gástricas son violentas o molestas para un adecuado estudio ecoendoscopico, pueden utilizarse fármacos espasmolíticos tales como el N-butibromuro de hioscina (Buscapinaâ) o glucagon, en combinación con los fármacos utilizados para la sedación.

Elección del ecoendoscopio

En la mayoría de los casos el ecoendoscopio que debe usarse es el rotatorio o mecánico de 360º, ya que puede realizar un barrido completo de toda la superficie gástrica y de toda la periferia gástrica con solo movimientos de introducción y extracción y obtiene imágenes en cortes anatómicos de más fácil interpretación. Las frecuencias que deben usarse durante la exploración están en relación con el material que se disponga en cada servicio y con la patología a estudiar. Como norma orientativa, el estudio de lesiones de gran tamaño cuyos bordes se encuentren alejados del transductor y su relación con órganos vecinos así como el estudio de adenopatías debe hacerse con frecuencias bajas; sin embargo las lesiones próximas al transductor y de pequeño tamaño se caracterizan en general mejor con frecuencias altas.

En principio los ecoendoscopios sectoriales o convexos están indicados sobre todo para la obtención de material citológico mediante la punción-aspiración con aguja dirigida de lesiones submucosas o extraparietales y pueden emplearse también para el estudio de pequeñas lesiones que puedan ser englobadas en su totalidad con movimientos sencillos del aparato.

La utilización de un ecoendoscopio rotatorio para la realización de punciones dirigidas a este nivel, dada la imposibilidad de seguir el trayecto de la aguja, entraña mayores riesgos y bajo nivel de acierto por lo que se desaconseja.

Las ecosondas (eco probes) de alta frecuencia introducidas en un gastroscopio son útiles para el estudio mediante técnica de inmersión de pequeñas lesiones mucosas. Pueden ayudar a realizar mucosectomías asistidas. Otra indicación de estas ecosondas es que pueden ser introducidas en estenosis infranqueables para el ecoendoscopio convencional, con el inconveniente de que la baja penetración de los ecos de alta frecuencia en la pared dificulta mucho el diagnóstico de los márgenes de la lesión.

INDICACIONES

La ecoendoscopia es hoy en día la técnica más fiable para el estudio de algunas patologías gástricas y aporta datos precisos de cara a la elección del tratamiento.

Cáncer gástrico

La ecoendoscopia esta indicada en la estadificación del cáncer gástrico de forma rutinaria cuando de su resultado se derive una orientación para la actitud terapéutica a tomar. No es una técnica diagnóstica, ya que el diagnóstico es endoscópico y anatomopatologico. Aporta la estadificación locorregional con un porcentaje de acierto en torno al 80% para el estadio T y al 75% para el estadio N. No es una técnica adecuada para el estudio de metastasis, sin embargo, puede aportar datos que hagan sospechar la existencia de carcinomatosis peritoneal tales como la presencia de líquido libre peritoneal o implantes peritoneales perigástricos.

En tumores de pequeño tamaño que sean adenocarcinomas bien diferenciados, menores de 2 cm de amplitud, no ulcerados, y que presenten un estadio ecográfico T intramucoso sin adenopatias, la ecoendoscopia puede ayudar a sentar la indicación, en pacientes seleccionados, para la realización de una mucosectomía con finalidad curativa. Para realizar este diagnóstico preciso, previo al tratamiento, deben utilizarse sondas de alta frecuencia ( 20 MHz o más). Esta técnica debe considerarse exitosa cuando se extrae la muestra como especimen único y además se confirma mediante estudio anatomopatológico que se trata de un tumor intramucoso y que ha sido resecado por completo. Si no es así debe indicarse el tratamiento clásico. Es arriesgado realizar esta técnica en tumores multicéntricos o de contornos imprecisos.

Si se dispone de un ecoendoscopio que permite punción, en relación con el cáncer gástrico, éste puede ser de utilidad en la obtención de líquido ascítico si de su resultado va a cambiar la actitud terapéutica, sabiendo que aunque puede ayudar al diagnóstico de carcinomatosis peritoneal, su rendimiento no es el deseado. Nunca debe realizarse la punción atravesando la masa tumoral, sino a través de mucosa sana.

La punción de adenopatías sólo está indicada si de su resultado se va a derivar un cambio importante en la actitud terapéutica. Es preferible que esta técnica se reserve para protocolos de estudio clínico, dado que es una técnica relativamente engorrosa, no exenta de complicaciones y que en general modifica poco la actitud salvo en casos muy concretos. No creemos que hoy en día deba ser una técnica de aplicación rutinaria.

Respecto al seguimiento del cáncer gástrico tratado la ecoendoscopia puede ser de utilidad en los siguientes casos:

- Seguimiento de pacientes intervenidos, donde la técnica es sensible pero con tendencia a sobrestimar y a dar falsos positivos. Es bueno que la ecoendoscopia se complete con un adecuado estudio endoscópico, con toma de biopsias y punción, si esto es posible, de aquellas lesiones que resulten sospechosas.

- Reevaluación de pacientes tratados medicamente de cara a indicar tratamiento quirúrgico. Por el momento no está claro el beneficio que aporta esta técnica en este sentido dado que no diferencia tumor de lo que es lesión debida al tratamiento, aunque posiblemente se trate de una de las mejores técnicas disponibles. Deben esperarse estudios más concluyentes para utilizarla de forma rutinaria.

- Seguimiento de pacientes tratados mediante mucosectomía. Deben realizarse siempre biopsias de la zona y estudio de posibles adenopatías. No esta clara su utilidad hoy en día.

Linfoma gástrico

El patrón ecografico y endoscópico de los linfomas gástricos es variado y puede ir desde pliegues engrosados, áreas irregulares y/o erosionadas, hasta lesiones vegetantes o escrecentes remedando los adenocarcinomas. A diferencia de lo que sucede con los adenocarcinomas, en este caso la ecoendoscopia ayuda al diagnóstico dado que permite la realización de macrobiopsias dirigidas a zonas de aspecto patológico, ya que con frecuencia las biposias convencionales son insuficientes para el diagnóstico. También permite evitar el realizar macrobiopsias sobre vasos submucosos.

El diagnóstico de linfoma siempre es histológico. En lesiones compatibles ecoendoscopicamente que no se demuestran anatomopatologicamente deben agotarse todas las posibilidades diagnósticas realizando biopsias repetidas hasta asegurar razonablemente que no se trata de un linfoma. Por el contrario, cuando una biopsia es diagnóstica de linfoma, aunque éste no muestre lesión ecografica, la interpretación debe ser de linfoma confinado a mucosa.

La utilidad de la ecoendoscopia radica en determinar la invasión que presenta el linfoma de la pared gástrica y la existencia o no de adenopatías, factores ambos con significado pronóstico y muy valiosos de cara a ajustar el tratamiento. La ecoendoscopia no es hoy en día una técnica adecuada para dar una idea precisa de la extensión en superficie que presenta la enfermedad, dato que sería de utilidad para determinar los márgenes de resección en una gastrectomía.

La ecoendoscopia también es útil para el seguimiento de los pacientes tratados mediante quimioterapia o antibióticos. Este seguimiento debe incluir estudio endoscópico, ecoendoscópico y siempre biopsias múltiples de zonas sospechosas. El patrón que se suele observar va de zonas macroscópicamente normales a zonas cicatriciales que pueden afectar a todo el grosor de la pared. Los datos más significativos de cara a una recidiva son la existencia o aparición de lesiones que progresan y/o la aparición de linfoma en las biopsias.

Tumores submucosos

La ecoendoscopia es la técnica mas útil hoy en día para el estudio de los tumores submucosos del estómago. Permite en primer lugar diferenciarlos de una compresión extrínseca. Permite también determinar con precisión su tamaño y de que capa dependen y aporta datos de gran valor de cara a determinar su posible naturaleza y su comportamiento.

Los tumores de pequeño tamaño, que cumplen criterios de benigninidad (o con biopsia demostrada de benignidad) , sin riesgo de hemorragia y asintomáticos pueden seguirse ecoendoscópicamente. Sin embargo, los tumores que cumplen criterios que los hace sospechosos de malignidad, que son sintomáticos o tienen riesgo de hemorragia deben tratarse.

El tratamiento si la lesión es submucosa y pequeña puede ser endoscópico, pero en lesiones más grandes, conocidamente malignas, con riesgo de hemorragia o con adenopatías sospechosas debe ser quirúrgico.

La PAAF guiada por ecoendoscopia como método diagnóstico, aunque es una técnica posible y utilizada por algunos autores, generalmente tiene un rendimiento bajo en este tipo de tumores.

Compresiones extrínsecas

La ecoendoscopia es la técnica más útil hoy en día para el estudio preciso de las compresiones extrínsecas gástricas y debe utilizarse siempre que este indicado un diagnóstico de esta índole.

Enfermedades de pliegues gruesos no tumorales

La ecoendoscopia junto con la biopsia y/o la macrobiopsia son de utilidad en el estudio de estas entidades, precisando de que capa depende el engrosamiento y permitiendo un diagnóstico diferencial con otras patologías malignas. Ayuda a dirigir las macrobiopsias, y presenta imágenes que en algunos casos (Enfermedad de Ménétrier) son casi patognomónicas. En el caso de sospecha de patología infiltrativa maligna esta justificada la realización de PAAF dirigida a la zona engrosada si las biopsias no han sido diagnósticas.

Úlcera gástrica

La ecoendoscopia no es una técnica que por si sola pueda diferenciar una úlcera benigna de una maligna, hecho que es aun más difícil cuando se trata de úlceras cronificadas y viejas. En estos casos puede sobreestimarse el grado de afectación y errar el diagnóstico. La presencia de adenopatías e incluso el aspecto de infiltración de órganos vecinos aunque son datos sugestivos de malignidad, no justifican este diagnostico. El seguimiento estrecho y en algunos casos de alta sospecha la cirugía aportarán el diagnóstico.

Miscelánea

Esta técnica puede complementar o confirmar el diagnóstico de varices fúndicas o a otros niveles gástricos, diferenciándolas de pliegues persistentes o hipertróficos. Puede contribuir, y más aun en el futuro al tratamiento ecoendoscópico de esta entidad. Hoy en día, solo dentro de protocolos de estudio y en manos expertas creemos que deban ensayarse estas modalidades de tratamiento.

La ecoendoscopia puede ser un complemento diagnóstico en el estudio de patologías infiltrativas o de depósito benignas que puedan afectar al estómago, siempre que ello tenga utilidad clínica. No debe ser, sin embargo, una técnica de rutina en este campo.

BIBLIOGRAFÍA

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